La Patente es la máxima protección legal para la propiedad industrial. Son patentables invenciones nuevas que impliquen actividad inventiva y sean susceptibles de aplicación industrial. Yendo por partes, por invenciones nuevas se entienden invenciones no obvias con novedad.

Ilustración 1: Esquema de los requisitos necesarios para registrar una patente

Lo de invenciones no obvias quiere decir que no se puede patentar un instrumento anteriormente patentado en el que se han cambiado los tornillos de ranura plana por los de ranura de estrella, pues es obvio que el instrumento va a ser el mismo con unos tornillos o con otros (cambiarlos es una obviedad). Por novedad se entiende que es una invención nueva frente al estado actual de la técnica, que no está registrada en ningún otro lugar del mundo en todo lo publicado hasta la fecha, incluso aunque sea autopublicado (si describes tu invención en internet antes de registrarla, no podrás patentarla por estar previamente publicada). Por actividad inventiva se entiende que la invención no ha de ser obvia para un experto en la materia (el examinador de la oficina de patentes) a la luz de la técnica actual. Y por último por aplicación industrial se entiende que la invención ha de poder ser fabricada o utilizada en cualquier tipo o sector industrial (no puedo patentar la teletransportación si no puede ser fabricada).

Ilustración 2: Esquema comparativo de los requisitos necesarios para las Patentes y para los Modelos de Utilidad

Las patentes tienen una duración de 20 años improrrogables. Hay que registrarlas en cada país individualmente o a nivel europeo. Han de pasar un examen técnico en la oficina de patentes. Lleva tiempo el que la concedan y hay que renovar la patente (pagando tasas) anualmente. Es cuestión de muchos meses (típicamente años) y muchos miles de € (incluso cientos de miles o millones). Puede legalmente presentarla uno individualmente, aunque en la práctica siempre lo hacen agentes colegiados de la propiedad industrial. Las patentes pueden venderse, licenciarse (alquilarse), embargarse o cobrar royalties por ella. Royalty significa literalmente Regalía y se refiere a que antiguamente era un privilegio concedido por los reyes a un súbdito suyo. En la actualidad se refiere al pago que se efectúa al titular de derechos de autor, patentes, marcas o know-how a cambio del derecho a usarlos o explotarlos.

 

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