El Diseño Industrial simplemente es aplicar un diseño gráfico en el más amplio sentido del término (tipos de letras, contornos, colores, formas, líneas, materiales, textos, texturas, logotipos o logos) que identifican una determinada producción o comercialización de una idea, creación o invento existente previamente.
Son derechos sobre la apariencia externa de un producto para su comercialización, los que se protegen con el Diseño Industrial. Se protege por 5 años renovables hasta un máximo de 25 años, y pueden protegerse con un registro hasta 50 diseños distintos sobre un producto.
Se protege la apariencia externa, por ejemplo, la botella de cristal clásica de la Coca-Cola. Se registran en cada país individualmente o a nivel europeo y no pasan examen. Se paga una tasa como en las marcas. Una tasa de unos 76 € y cada renovación es de unos 98 €.
Los límites entre un diseño industrial y una marca registrada son bastante difusos y origen de muchos pleitos entre las empresas. También los limites son difusos muchas veces entre diseño industrial y modelo de utilidad, y por ende motivo de otras tantas demandas entre distintas corporaciones.
Puede incluso protegerse como diseño industrial un color distintivo (en este caso recibe el nombre de Marca de Color Único). En España estaba prohibido de forma absoluta el registro de colores, hasta que tuvimos que adaptar la legislación a las directivas comunitarias, y ya es posible hacerlo si el color constituye un signo susceptible de una representación gráfica y con capacidad distintiva. Ahora están registrados el lila de Milka, el verde del Corte Ingles, el rojo de Coca-Cola o el azul de Barclays Bank, por ejemplo. Aunque el Pantone de colores disponibles es casi inagotable.
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