La jeringuilla desechable, que tantas infecciones mortales ha evitado, fue inventada y patentada por Manuel Jalón, al que mencionamos anteriormente en otro capítulo de esta serie como inventor de la fregona.
En 1844 el irlandés Francis Rynd inventó la aguja hueca.
En 1853 el escocés Alexander Wood creo la primera aguja hipodérmica para inyectar morfina a su esposa que padecía cáncer (y fue el primer caso de adicción a la droga mediante pinchazo).
Fue Charles Gabriel Pravaz, un francés, el que creó la primera jeringa ese mismo año; entendiendo por tal, un artefacto con pistón o embolo para inyectar medicamentos.
Estos precursores eran de metal, hasta 1866 no se harían de cristal, y a partir de entonces se esterilizaría tras cada inyección, la jeringa y la aguja (típicamente en alcohol la primera y con una llama la aguja).
En 1956 el neozelandés Colin Murdoch creó y patentó una pistola desechable para inyectar medicamentos. Y en el mundo anglosajón se le tiene por el inventor de la jeringuilla desechable, aunque como indicamos aquí, lo que él invento fue una pistola para inyectar al ganado y no propiamente lo que actualmente conocemos por jeringuilla. Pero el chovinismo y el nacionalismo a la hora de atribuirse quien invento algo, están al orden del día.
Y por fin en 1973 Manuel Jalón con su empresa Rodex (la que comercializaba la fregona) inventó y patentó la inyección con jeringuilla de plástico totalmente desechables tal y como la conocemos hoy.
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