Y aquí va la última mamelucada patentada por la flema británica. La matrícula del automóvil identificativa del sexo del conductor. Patentada por un tal Butlin Duncan Morris, en el emblemático y postrero año del siglo XX, el año 2000 (N.º Patente GB 2339950). Se trataba de una matrícula reversible con un color por cada lado: uno para el hombre y otro para la mujer. Así, el resto de los conductores con los que nos crucemos adaptarán su forma de conducir dependiendo de si es hombre o mujer el conductor. Según los machistas recalcitrantes se reducirán el número de accidentes, aunque puede que aumente el número de nacimientos originados en los asientos traseros de los autos. Un buen complemento para el ligoteo motorizado.
Un tanto «picarón» sí que era él tal Butlin, al menos en las figuras que acompañaron a su patente, donde siempre aparece el vehículo implicado con un único faro encendido a guisa de guiño picaruelo para automovilistas avezados en el arte de conducir y de ligar al mismo tiempo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!