Aunque la primera patente con una regulación legal detrás de ella que la implementara (el denominado estatuto de Venecia, primera ley de protección de la propiedad industrial que se conoce), y por tanto la primera y verdadera patente conocida, con el significado moderno que tiene el término, sería la que concedió la república de Venecia en 1.474 a un tal Pietro da Ravena, denominándola «Patente de monopolio», donde se aseguraba que solamente él o sus impresores tenían el derecho legal dentro de las fronteras de la república a imprimir su obra «Fénix», un manual de técnicas de memorización.
Era una protección jurídica por 10 años (significativo el plazo) contra potenciales infractores. Que se considera la primera patente como tal, ya que en este estatuto, en sus bases, aparecían las siguientes condiciones o clausulas:
- Exigía a las invenciones ser nuevas y útiles.
- Confería derechos exclusivos por un tiempo limitado.
- Juzgaba a los infractores disponiendo penas y compensaciones.
Una curiosidad es que las primeras patentes de este tipo no distinguían entre Inventores o Importadores, entendiendo como tales los creadores de las innovaciones o los que la implantaban por primera vez en un país. Lo único que importaba era proteger y promover el uso de la innovación en las fronteras del país, bien protegiendo o favoreciendo al que la creaba o bien para el que la implantaba o introducía copiándola de otro país. Era la época de los mercados estrictamente cerrados y la búsqueda de la autarquía económica de todos los reinos.
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