Seguimos con la serie de inventos extraños y paradójicos, que si se comercializan, pero de los que no sabemos si están patentados o no, imaginamos que sí, pero no tenemos localizadas sus patentes. De todas formas, las fotografías son tan explicitas que suplen este déficit.

Empezamos por el “Sensor de mal olor”. El dispositivo Odor Checker se coloca debajo de las axilas, en el cuello o la cabeza y mide el olor corporal.

En el nivel 0 estás limpio, de 1 a 4 detecta olor corporal pero no es tan grave; mientras que de 5 a 10 se recomienda una ducha con urgencia.

Nos encanta este invento, habría que poner inspectores en el metro con este artilugio y examinar todas las axilas y el que tenga más de cuatro impedirle su entrada a los vagones.

Ilustración 1:El dispositivo Odor Checker en funcionamiento.

El segundo es un tanto escatológico y muy ridículo. Se trata del “Dispensador de papel sanitario portátil”.

¿Le ha dado un ataque de estornudos en público? Este invento es la solución para que no tenga que salir corriendo a buscar papel higiénico para limpiarse la nariz. Estamos de acuerdo en que no es muy estético, pero vamos que en este artículo estamos hablando de inventos raros pero útiles.

Pero salir a la calle coronado con esta peculiar diadema debería estar penado con años de cárcel por atentado público y de lesa humanidad al buen gusto.

Y por supuesto dudamos mucho de que se haya comercializado, y si se ha cometido tal disparate, desde luego no ha marcado tendencia en la moda ni femenina, ni masculina, ni transgénero, ni de ninguna otra opción sexual posible.

Ilustración 2: El Dispensador de papel sanitario portátil.

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