Muy relacionados con los gadgets están los “chindogus”. Un Chindogu es un invento que, aparentemente, es la solución ideal a un problema particular pero que en la práctica resulta todo lo contrario. Los inconvenientes adicionales suelen hacer que dicho ingenio sea inapropiado o absurdo. También se define a veces como el arte de crear un producto cuya utilidad es excluida por su absurdo.
El término proviene del japonés y se traduciría como “herramienta extraña o inusual o deformada”. El creador de este concepto fue el inventor japonés Kenji Kawakami al principio de la década de los noventa del siglo pasado.
A nivel mundial la International Chindogu Society (ICS) fundada por el propio Kenji se encarga de establecer las condiciones y requerimientos necesarios para que un invento sea considerado un chindogu. Y son los siguientes diez mandamientos de la santa madre iglesia “chindogiana”: 1º.-«Un Chindogu no puede ser de uso real», 2º.-«Un Chindogu debe existir», 3º.-«Debe haber un espíritu de anarquía», 4º.-«Chindogu son herramientas para la vida cotidiana», 5º.-«Los chindogus no están a la venta», 6º.-«Chindogu no es propaganda», 7º.-«Los chindogu nunca son tabú», 9º.-«Chindogu no puede ser patentado» y 10º.-«Chindogu no tiene prejuicios».
El diseñador de productos autodidacta norteamericano Matt Benedetto que define su trabajo como “Mi misión es inventar productos que resuelven problemas que en realidad no existen, y los llamo Invenciones Innecesarias (con todos mis inventos sigo resolviendo los problemas innecesarios del mundo)”. O “Mi colección de inventos innecesarios está repleta de productos que nadie ha pedido, pero que he creído necesario darles vida». O también “Cada invento combina de forma cuidadosamente equilibrada su potencial utilidad y lo realmente innecesario que son. Todos han sido creados en mi estudio de diseño en Burlington, Vermont (USA)”. Puede definirse como el creador de chindogus por excelencia.
Cada proyecto le lleva entre 2 y 5 días: desde la concepción de la idea hasta el boceto 3D, luego la creación del objeto y finalmente, ¡tomar las fotos finales!
Entre sus inventos innecesarios para problemas inexistentes tenemos los “AirSticks”. Podemos definirlos como un hibrido entre los típicos palillos orientales para comer y los cascos de botón inalámbricos para oír música desde un móvil. Con lo cual se puede comer sushi con ellos y oír música entre bocado y bocado; nunca al mismo tiempo, salvo que se sea un muy experimentado contorsionista con habilidades para manipular objetos con los pabellones auditivos.
El siguiente gadget bien podría ser un chindogu, por lo menos a nuestro corto parecer. En 2010 la empresa estadounidense J.Crew Group, Inc., minorista especializado en ropa y accesorios para mujeres, hombres y niño, lanzó unas medias peludas contra los violadores.
Pero el 4 de mayo de 2020, la empresa anunció que solicitaría la bancarrota, parece ser que no por sus ideas de chorlito en cuanto a la vestimenta peluda de marras, sino por el Covid-19. Por lo que se ve las pandemias víricas son mucho más peligrosas que las pandemias de estupidez.
Sin embargo, este hecho quedó casi desapercibido hasta que en 2013 se hizo vírico que la usuaria @HappyZhangJiang de la red social china Sina Weibo, muy similar a Twitter, publicó en su cuenta una fotografía en la que muestra cómo lucen en sus piernas unas medias que simulan ser una pierna peluda masculina.
En este caso fue una compañía china la que diseñó unas medias que, a la vez que abrigan, pueden utilizarse para deshacerse de los violadores. La prenda en cuestión simula ser una pierna peluda masculina, lo que podría frenar el impulso de los acosadores y violadores.
La joven china añade en su red social: «Super sexy, medias completas para el verano con pelos antipervertidos, esencial para todas las jóvenes que quieren salir».
Que estas peludas medias hacen a las mujeres poco atractivas para los acosadores sexuales y violadores realmente puede ser, aunque nos tememos que las tragaderas de los acosadores y violadores son muy anchas, como para que sean realmente efectivas.
Pero que además ahuyenta pervertidos, puede ser peor el remedio que la enfermedad. Pues nos tememos que lo que haga es atraer justamente a los pervertidos fetichistas de los pelos, que son legión.
Sin embargo, la idea de la empresa china no es algo nuevo. No hace mucho, un grupo de estudiantes indios ideó ropa interior que producía descargar eléctricas y avisaba a la policía a través de una señal GPS si se producía un intento de violación.
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