El 23 de abril se celebra el Día de la Lengua Española, esta fecha coincide con dos hechos, el primero con el aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra (autor de una de las obras más universales del mundo: El Quijote) y el segundo, con el Día internacional del Libro, siendo una magnífica forma de promocionar la riqueza cultural de la lengua española. Sin olvidarnos, del Instituto Cervantes (institución pública creada por España en 1991) que promueve universalmente la enseñanza, el estudio y el uso del español y la difusión de las culturas hispánicas en el exterior (está presente en 88 ciudades de 45 países por los 5 continentes) y del Grupo de Amigos del Español (GAE), fundado en 2013 por los veinte estados miembros de habla hispana ante las Naciones Unidas, que también realizan actividades para impulsar tanto su uso como su difusión. Hay que señalar, que el español, está reconocido como uno de los idiomas oficiales de la ONU.
El español es una lengua romance, corresponde a la familia de las lenguas indoeuropeas (grupo ibérico). Siendo el resultado de la mezcla de las variadas culturas y diferentes lenguas que habitaron en la Península ibérica (los romanos la denominaron Hispania) más la influencia de las diferentes invasiones, proviene del latín hablado y fue evolucionando a través de los siglos (durante las diferentes épocas). Partimos de la época Prerromana (antes de la invasión romana en el siglo III a. C.), la Península Ibérica estaba habitada por diferentes pueblos: íberos, celtas, vascuences, fenicios, griegos y cartaginenses. Pero con la invasión de los romanos en el año 218 a.C. (Romanización) todas las lenguas fueron desapareciendo, excepto el vasco, predominando tanto el latín vulgar (hablado por el pueblo en general) como el latín culto o literario (empleado por los filósofos, los escritores, las instituciones y los clérigos). Justo antes de empezar la Edad Media, el Imperio romano de Occidente empezó a decaer por las invasiones bárbaras (época visigoda en el año 409) de los diferentes pueblos germanos: vándalos, suevos, alanos y visigodos; estos se asentaron en la Península, se habituaron a la cultura romana y aceptaron el latín como lengua oficial (la influencia del latín culto fue disminuyendo poco a poco entre la gente porque se hablaba un latín vulgar, es decir, diferente fonética, sintaxis y léxico), no obstante, aportaron muchas palabras de su lengua llamados germanismos. Posteriormente, el último rey godo fue derrotado con la invasión musulmana en el año 711 (conquistaron prácticamente toda la Península y permanecieron casi ocho siglos), se formaron dos zonas bien diferenciadas, por un lado, la zona al-Ándalus donde se habló el mozárabe o romance andalusí o romandalusí (fue un conjunto de hablas romances); y, por otro lado, la zona en que se formaron los reinos cristianos (en el norte), la lengua de la cultura y de la escritura sigue siendo el latín, en cambio, en la comunicación oral, aparte del vasco, se producen distintas evoluciones del antiguo romance peninsular o dialectos: catalán, navarro-aragonés, astur-leonés, gallego-portugués y castellano (originándose en Castilla, alrededor del siglo IX en la zona comprendida entre Cantabria y Burgos, con influencias vascas y germano visigóticas) siendo esta la que dominó entre la población de la península debido a que alcanzó una extensión enorme en el proceso de Reconquista y repoblación.
En 1942 se da tres hechos importantes: El primero es que los Reyes católicos acabaron la reconquista, tomando la última ciudad bajo control musulmán (Granada) y expulsando al rey Boabdil, establecieron el castellano como idioma oficial de su reino. El segundo, durante el proceso de unificación española de sus reinos, Antonio de Nebrija, publicó en Salamanca el libro “Grammatica”, el primer tratado de gramática de la lengua española e hizo de esta la primera lengua latina vernácula que se definió como tal y luego, pasó a escribir el diccionario de español más completo hasta la fecha (ambos fueron publicados a finales de julio de 1492). Un reciente hallazgo de la investigadora argentina Cinthia María Hamlin recogido en el Boletín de la Real Academia Española (RAE) confirmaría a Alfonso Fernández de Palencia como autor del primer diccionario del castellano. Y el tercero, los Reyes Católicos, a través de la colonización y la conquista de América, realizada simultáneamente, expandió el castellano por la mayor parte del continente americano, que posteriormente derivó en numerosas variantes dialectales.
El castellano se fue consolidando a través de la literatura con el mester de juglaría, el mester de clerecía y la obra de Alfonso X el Sabio (s. XIII) que empezó la creación de un idioma estándar (basado en el dialecto castellano) y además utilizó dicha lengua en el trabajo administrativo, en todos los documentos y decretos oficiales. Más tarde, en los siglos XVI y XVII, el castellano logró un gran prestigio internacional, en el denominado Siglo de Oro de la literatura española. La evolución del castellano continúa no solo por la influencia de diversos factores como la migración, los medios de comunicación, la ciencia y la tecnología, sino también por la incorporación de anglicismos (provenientes del inglés). Actualmente, se habla en los seis continentes y es la lengua oficial de 22 países.
Hoy en día, la RAE prefiere el uso del término español en lugar del término castellano, aunque considera ambos términos como válidos; en la vigente Constitución española de 1978, se establece el castellano como lengua oficial de España y que, las demás lenguas españolas son también oficiales (cooficiales) en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos (se pueden ver reflejadas en el gráfico). España firmó la Carta Europea de las lenguas Regionales o Minoritarias en el año 1992, pero no la ratificó hasta el 2001, otorgando una especial protección a otras lenguas regionales o minoritarias como: aragonés y catalán de Aragón; bable en el Principado de Asturias; gallego en los territorios occidentales de las provincias de León (El Bierzo) y Zamora (Sanabria) por parte de Castilla y león; silbo gomero en la Isla de la Gomera.
Con el fin de elaborar reglas normativas para el uso correcto de la lengua española, se fundó la Real Academia Española (RAE), en Madrid (1713), durante el reinado de Felipe V y por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga; el diccionario de la RAE recoge en la actualidad aproximadamente 88.000 palabras. Hay que indicar que las letras “ch y ll” fueron eliminadas por la RAE en el año 1994. Los signos de interrogación y de exclamación son dobles (se ponen al principio y al final de la frase) y esta peculiaridad solo se da en la lengua española. Cabe señalar la aportación de muchas palabras de origen árabe al léxico y en la toponimia, concretamente, autores cualificados señalan que procede del árabe en torno al 8% del vocabulario español, es decir, unos novecientos términos primitivos que, con sus correspondientes derivados, incluso pueden superar las 4.000 palabras, de algunas de las actividades como la agricultura, artesanía, astronomía, construcción, comercio, farmacia y química o de la guerra, las instituciones públicas, los instrumentos musicales, juegos, matemáticas, vestimenta.
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