Todo cambio conlleva un proceso de transición, por ello las partes principales implicadas como el gobierno, las empresas de telecomunicaciones y las operadoras de telecomunicaciones necesitan un entendimiento para llevarlo a cabo con éxito.
Si las personas tienen la necesidad de estar conectados a esta innovación tecnológica del 5G será una gran oportunidad de negocio con el que podrían ganar mucho dinero. Esto nos lleva a las siguientes reflexiones: Por un lado, quien registre más patentes dominará el mercado del futuro. Para hacernos una idea, los dispositivos como teléfonos móviles, tablets y ordenadores se quedarán obsoletos y conllevará a la adquisición de dispositivos que puedan soportar la transición a la red 5G. Aproximadamente se han dado 90.000 patentes relacionadas con esta tecnología (miles de sensores) para conectar, comunicar y generar (dispositivos y personas, medios y dinero respectivamente) trabajando unidos con cero latencia. Así que, la lucha estará asegurada, se prevé que aproximadamente en los próximos 7 años el contenido multimedia podría alcanzar los 420.000 millones de euros. Según IPlytics, el 5G impulsará a que la mitad del tráfico de datos mundial de los próximos cinco años serán producidos por vehículos, máquinas, sensores, instrumentos médicos o algunos tipos de dispositivos conectados en red sin ninguna interacción humana.
Por otro lado, se precisa una infraestructura preparada para el 5G (desde antenas a microchips) pero la infraestructura es insuficiente y tardará en llegar a todas partes por igual, es muy importante invertir para aumentar el ancho de banda y para ampliar la cobertura, ¡Y esto no será barato! Lo que podría provocar retrasos en su implantación, siendo los gobiernos y las operadoras de telecomunicaciones quienes tendrán que invertir en redes debido a que son las encargadas de proveer la conectividad a todo el sistema. No olvidemos, que la fibra óptica (transmite datos a larga distancia, a gran velocidad y con gran seguridad) junto con la red móvil es fundamental en la transición digital.
Por ejemplo, el gobierno de España se reunió con los operadores de telecomunicaciones y asociaciones de sector, para presentar una hoja de ruta con las medidas para incentivar el despliegue de redes, servicios 5G y la ciberseguridad, como por ejemplo, la optimización de las bandas de frecuencias, licitación de frecuencias de la banda de 700 MHz, agilización del despliegue de infraestructuras, modificaciones de la fiscalidad de los operadores de telecomunicaciones, acuerdo por la conectividad de las personas y las empresas para garantizar las capacidades de operación, supervisión de las redes y respuesta rápida ante incidentes.
Y, sin perder de vista el punto conflictivo de la ciberseguridad, concretamente, los riesgos en la seguridad y la correcta confidencialidad de los datos de empresas, de personas y de gobiernos. Ciertamente, se requiere un debate profundo en cada país, sobre las normas legales y éticas cuyo objetivo es lograr tanto una inmejorable gestión de dichos datos como mantener la seguridad y la privacidad ante una conexión masiva.
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