Un gran número de personas en el mundo posee un móvil y una parte ha podido vivir la increíble evolución desde el principio hasta ahora (lo podemos ver en el gráfico que refleja la evolución de las redes inalámbricas). Si bien cuando comenzó, la forma de comunicación era sencilla, solo se podía hablar y recibir llamadas sin tener que estar en casa; más tarde, se enviaba mensajes de texto, y después, con la llegada de la conexión a internet desde el móvil serviría no solo como una forma de comunicación (a través de las videollamadas) y de tener información sino como una forma de entretenimiento ya se pueden reproducir vídeos en tiempo real (películas, música, libros, etc.). Las redes sociales nos permiten tanto comunicarnos como distraernos sobre todo en estos años con la pandemia y debido a las aplicaciones que nos instalamos en el móvil, notamos una mejora en algunos de nuestros hábitos cotidianos, por ejemplo, solicitar un taxi, pagar con el propio móvil (en vez de utilizar efectivo o tarjeta), control de ingresos y gastos, tener la tarjeta sanitaria virtual para gestionar citas médicas (ya sea de manera presencial o telefónica), consultar la medicación disponible en las farmacias, etc.
Pero esto no se queda aquí, si la conexión 4G ha revolucionado los smartphones y su velocidad de conexión (aproximadamente de 21 Mbps) con la innovación del 5G (es la quinta generación de conectividad móvil) cambiará otra vez el modo de comunicarnos: aumentará la velocidad de transmisión, se logrará conexiones superiores a los 10 Gbps -gigabytes por segundo- para que nos hagamos una idea, entre 100 y 1.000 veces más rápida; reducirá al mínimo la latencia que es el tiempo de respuesta al enviar y recibir paquetes de datos (pasará de los 50 milisegundos a 1 milisegundo para mejorar la cobertura); obteniendo lo que tanto deseamos, “un mayor ahorro energético” y, por lo tanto, las baterías de los dispositivos móviles rendirán y durarán mucho más; reducirá el retardo en las comunicaciones; aumentará el caudal de transferencia de la información; conexión prácticamente en tiempo real, sin interrupciones y aumentando la comunicación simultánea entre dispositivos, se podrá trabajar con dispositivos loT (Internet de las cosas) abasteciendo a los muchos dispositivos que nos rodean, de alta capacidad de transmisión de datos: 10 Tbs por Km2 y una densidad de 1 millón de nodos por Km2, logrando una buena conexión no solo en los teléfonos sino también en otros aparatos, como automóviles, electrodomésticos, mobiliario urbano (parada de autobús, badenes, calzada) de ahí que, al estar conectados se compartirá la información en tiempo real.
Para entenderlo mejor, podremos estar conectados a todo e interactuar en este mundo globalizado, durante todo el día y en el menor tiempo posible (aumentando el número de dispositivos conectados, los volúmenes de transferencia y las capacidades de gestión remota en tiempo real). Quién hubiera pensado que se llegaría a realizar intervenciones quirúrgicas teleasistidas o de forma remota (como la que se hizo en Barcelona), o que se pueda lograr que una nevera de transporte de órganos humanos informe de forma autónoma y a tiempo real al centro de control de trasplantes, acerca de la ubicación, integridad o temperatura del órgano transportado; e incluso, que el vehículo que tenemos enfrente mientras estamos conduciendo nos informe del por qué ha tenido que frenar ante un obstáculo imprevisto, reduciendo el tiempo de reacción tanto en conducciones autónomas como en asistidas… Y todo ello, se lo deberemos a la revolución tecnológica del 5G.
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